Haciendo balance, llegamos a la conclusión
de que una cama de matrimonio ha de estar bien sujeta por sus cuatro esquinas.
¿Y qué tipo de patas sujetan nuestra cama?
- Pasión y erotismo: Mirar a tu pareja y que el fuego recorra todo tu cuerpo. Estremecerte con un susurro y temblar con sus caricias. Tener claro, saber y sobretodo sentir que quien te proporciona mayor placer es la persona que comparte su vida contigo. Independientemente de que participen terceras personas, el juego gira en torno a los dos protagonistas.
- Comunicación
y sinceridad: Es importante sentar las bases de la relación, tener claro
hacia donde se va o si no hay un objetivo concreto hablar claramente de
lo que os gusta y os disgusta. A veces podéis encontraros perdidos
pero a base de experiencias, y sus charlas posteriores, se va dando forma
a esa maraña de sentimientos y sensaciones.
- Confianza:
Hay que confiar en uno mismo y en tu pareja. Esa seguridad es necesaria
para no dejarse llevar por pensamientos negativos que no aportan nada. Y
si en algún momento nos sentimos desorientados, tenemos la tranquilidad de
saber que podemos expresarnos libremente sin que la otra persona nos
juzgue.
- Amor y
capacidad de empatizar: Tener claro que si surge algún problema o inseguridad
no es para echarse cosas en cara sino para buscar una solución común. Si
hay ganas de mejorar, antes o después se avanzará. También debemos tener
paciencia, ser comprensivos y saber ponernos en el lugar de la otra
persona.
Pensaréis
que estos pilares se pueden adaptar a una relación de pareja convencional, y
efectivamente, os damos la razón. Estos son los principios que mueven nuestra
relación en todos sus ámbitos.
Hoy en día
vivimos en una sociedad hipócrita, y conocemos más casos de los que nos
gustaría de parejas no liberales que están deseando perderse de vista para
quitarse la careta y cambiar por completo.
Creemos que
las relaciones de pareja liberales son más sanas, ya que la confianza es
máxima. Con esto no estamos diciendo que las relaciones de pareja no liberales
son peores, al contrario, todos somos libres, aceptamos y respetamos cualquier
opción. No hay ninguna mejor que otra; pero siempre que se vivan con sinceridad
y transparencia.
Para poder
abrir la puerta de vuestro dormitorio a terceros, vuestra cama ha de estar bien
asentada con unos valores mínimos. Y aparte de eso…¡sed golfos, muy golfos!(en
todos los sentidos).