Noche caliente, pérfida y divertida...amanecer resacoso y comida china. Sobremesa y unas caricias provocativas en el sofá... una pierna roza a otra pierna, un muslo a otro muslo, y Alice como un engranaje poco a poco sube encima de mi. La sensación que todos hemos tenido alguna vez, tanto si subimos como si nos dejamos subir, ya sabes que no hay retorno...
Besos, pezones grandes, rojos, y contoneo...ese contoneo, ese jodido contoneo...
Su pélvis se desliza sobre mi pene, duro, busca la punta que descansa sobre mi ombligo, mientras se eleva, un surco de flujo moja toda la piel que une mis testículos con la base de mi sexo... Un par de ajustes y ese dulce penetrar... no se mete, se hunde, como ella hundía sus dedos en aquellas noches de locura y descubrimiento en otros seres... profunda... primeros gemidos...
Entonces admirando las vistas que ofrece nuestro ventanal me he levantado, he cogido una silla y he decidido que era el momento de mostrarnos... no como aves nocturnas sino a la vista de todos los que quisieran admirar desde sus ventanas... y lo hemos hecho...
Una silla colocada frente al vetanal de un tercer piso, cortinas corridas y nosotros semicorridos también... Al principio Alice de espaldas a la ventana agitándose como loca pero abrazados... pocos instantes depués la he girado. Parecía que estaba algo avergonzada, pero nuestro gen llamado "X" ha vuelto a aparecer... mezcla de NO y SI, un poco más SI y al final...Siiiiiiii.... con suspiro intercalado...
Mi polla dentro de su alma, su cuerpo frente a la ventana y alguna mirada indiscreta que he podido captar en la lejanía...(afortunados ell@s)... creo que vencido el rito de superación incial sus chillidos han compensado el titubeo inicial...
Corrida conmigo dentro y como siempre, mi rabo rehumedecido con el nuevo brote de flujo que acompaña a la orgásmica chica... golpe a la ventana giro de cabeza y de nuevo su típico...¡hijo de puta, ¿cómo me haces esto?.
Pero ese es mi premio... ese es mi mayor orgasmo, el hacer contigo lo que
Jeje, el vecino se pondría a cien mirando, sin dar crédito, es como cuando me cole en el pueblo de una ti amia, una función de cabareteras que de pueblo en pueblo hacían su espectáculo, a mi edad solo con ver unas piernas largas en medias y unos cuerpos esculturales nos ponían a cien, éramos críos y hoy que no lo soy también, buen relato, lo mejor la mala leche de Alice, por lo que la hiciste. Jaja, no seguirá enfadada.
ResponderEliminarnoooo!! la verdad que yo no la vi muy enfadada... me encanta cuando pierde los papeles y no se controla...el gen X lo llamammos nosotros... no poder controlarse es una sensación tan buena...
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